Saturday, July 5Revista digital ISSN 2744-8754

Autonomía, Búsqueda y Progreso

Si alguna vez te has preguntado cómo motivar a tus hijos para que aprendan con entusiasmo y curiosidad, el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) puede ser tu gran aliado. En mis años como asesora educativa de familias homeschoolers y también como mamá que acompaña a su hijo, he visto cómo esta metodología transforma la rutina escolar en una experiencia significativa y amena. Hoy quiero contarte qué es, cómo puedes aplicarlo en casa y qué debes tener en cuenta para disfrutar el proceso sin frustraciones. 

¿Qué es el ABP? 

El Aprendizaje Basado en Proyectos es una forma de aprendizaje activo en la que los niños y adolescentes descubren, investigan y resuelven preguntas o retos a través de un proyecto práctico. En vez de limitarse a aprender contenidos de memoria, los estudiantes exploran, experimentan y crean, integrando conocimientos de diferentes áreas. 

Por ejemplo, si tu hija quiere saber cómo funcionan los volcanes, puede construir un modelo, investigar sobre erupciones famosas, escribir un pequeño reportaje y grabar un video explicativo. Todo eso, mientras desarrolla habilidades como la investigación, la comunicación y la resolución de problemas. 

¿Por qué es ideal para el homeschooling? 

Una de las grandes ventajas del ABP es su flexibilidad. Puedes adaptarlo al ritmo de tus hijos, a sus intereses y a los recursos que tengas a mano. En familias homeschoolers, esto es oro puro. Además, al ser un enfoque que favorece la autonomía, ayuda a que nuestros hijos se conviertan en aprendices independientes. 

El ABP permite aprender de manera transversal: un solo proyecto puede integrar ciencia, lengua, matemáticas, arte y habilidades tan importantes como la organización y el pensamiento crítico. Todo esto sin la presión de un examen tradicional. 

Las luces… y las sombras 

Como todo en la educación, el ABP también tiene sus desafíos. No quiero dejar de mencionarlos porque sé que, como madres y padres homeschoolers, muchas veces sentimos que debemos hacerlo todo perfecto. No es así. Lo importante es conocer las posibles dificultades para estar preparados: 

  • Requiere tiempo de planificación: No basta con improvisar. Necesitas pensar el proyecto, los materiales y los objetivos. Planificar cuidadosamente los proyectos, estableciendo objetivos claros y realistas, te ahorrará muchos disgustos. 
  • Recursos: Algunos proyectos requieren materiales difíciles de conseguir o costosos. La creatividad y los recursos en línea son tus mejores aliados. 
  • Cobertura curricular: Hay que cuidar que el proyecto no se quede solo en un área. Planifica para integrar varias disciplinas. 
  • Posible aislamiento: Si solo tienes un hijo, busca oportunidades para que presente su proyecto a otras familias, participe en clubs o comparta sus logros online. 

Exploremos más en detalle cómo salvar estos posibles baches del camino: 

Involucra a tu hijo en la selección y diseño del proyecto: 

  • Elección del tema: Permítele elegir temas que le apasionen. Esto aumenta su motivación y sentido de propiedad sobre el proyecto. Al fin y al cabo, la idea es aprender algo relevante, algo que sea significativo. Podéis realizar una lluvia de ideas juntos, para ver qué temas le llaman la atención. 
  • Planificación conjunta:  Diseñad juntos el plan del proyecto, estableciendo objetivos, tareas y plazos. Esto le da al niño un sentido de control y le enseña a planificar y organizar su trabajo.  

Delega tareas dentro del proyecto: 

  • Rol: Si el proyecto implica investigación, diseño, construcción o presentación, nuestro hijo se puede hacer cargo de uno o más roles dependiendo de su edad y de lo que queramos destacar. Por ejemplo, puede ser el “investigador principal”, el “diseñador gráfico” o el “presentador”.  De nuevo, este punto se puede trabajar de muy diversas formas, dependiendo de si nuestro hijo trabaja solo o va a trabajar acompañado de otros niños o hermanos. Y si trabaja él solo, en un momento dado quizá queramos poner más atención en la investigación mientras que en otro quizá lo que estaremos trabajando con mayor profundidad sea la exposición. 
  • Divide y vencerás: Si una tarea es demasiado grande, divididla en pasos más pequeños y manejables. Esto evita que se sienta abrumado y le permite experimentar el éxito en cada etapa. 

Fomenta la investigación y la búsqueda de información independiente: 

  • Recursos: Si tenéis disponibilidad, visitad la biblioteca local y enséñale a buscar información sobre lo que esté investigando. También tenéis múltiples fuentes de información online. Aprender a evaluar la credibilidad de las fuentes le será de gran utilidad. 
  • Distintos ángulos: Permítele explorar diferentes perspectivas y enfoques, así fomentarás su curiosidad y el pensamiento crítico. 

Promueve la toma de decisiones y la resolución de problemas: 

  • Experimentación: Anímale a probar diferentes ideas y soluciones. Aceptar que algunos experimentos pueden fallar, también será una oportunidad de aprendizaje. 
  • Preguntas guía:  En lugar de dar respuestas directas, haz preguntas que le ayuden a reflexionar y encontrar sus propias soluciones. “¿Qué crees que pasaría si…?”, “¿Qué otras opciones podríamos considerar?”. 

Establece momentos de revisión y evaluación conjunta: 

  • Revisión periódica: Establece momentos regulares para revisar el progreso del proyecto. Discutid los desafíos, los logros y los próximos pasos. 
  • Evaluación: Anímale a reflexionar sobre su propio aprendizaje y desempeño. Utilizar rúbricas, listas de verificación, autoevaluarse, como ya comenté antes, facilitará evaluar lo aprendido. 

Crea un ambiente de apoyo y confianza: 

  • Celebrar los logros: Reconoce y celebra sus esfuerzos y logros, por pequeños que sean. La retroalimentación positiva refuerza su confianza y motivación. 
  • Ofrecer apoyo cuando sea necesario: Puedes estar disponible para responder preguntas y brindar orientación, aunque es preferible no tomar el control del proyecto. Recuerda, tu rol es el de facilitador. 

Resumiendo: 

  1. Deja que tu hijo elija el tema. La motivación nace del interés. 
  1. Planificad juntos. Hagan una lluvia de ideas, definid objetivos y pasos a seguir. 
  1. Divide las tareas. Si una tarea es grande, fracciona para que no se sienta abrumado. 
  1. Fomenta la investigación autónoma. Enséñale a usar recursos fiables y a contrastar información. 
  1. Celebra cada logro. No esperes al final; valora el camino. 
  1. Incluye momentos de reflexión. Pregúntale qué aprendió, qué le costó y qué haría diferente. 

Y sobre todo recuerda que esto también es nuevo para ti, estás aprendiendo a planificar, a acompañar, a hacer las cosas de otra manera, así que no te frustres si un proyecto os lleva más de lo esperado o no salió como tenías en tu cabeza. El aprendizaje es un viaje, podrás poner más o menos paradas según necesites. A veces un punto nos llevará mucho más tiempo de lo que pensábamos y otras veces, resulta que nuestro hijo no querrá profundizar en eso en lo que tú habías puesto tanto mimo. Sólo respira, suelta el control y confía en él, en ella. 

 

Y ahora, manos a la obra: 

Si tienes niños que estén en primaria quizá deseen saber: 

¿Cómo sería vivir en la Edad Media? 

El punto de partida 

Comenzamos con una pregunta atractiva: 

“Si tú vivieras en la Edad Media, ¿cómo sería tu casa, tu ropa y tu vida diaria?” 

Esto despierta la imaginación y abre la puerta a investigar. 

Planificación conjunta 

Lo primero es elegir qué queremos descubrir. Algunas ideas para que el niño elija: 

  • ¿Cómo eran los castillos y las casas? 
  • ¿Qué comían las personas? 
  • ¿Cómo se vestían? 
  • ¿Qué animales tenían y para qué servían? 

Elige 2 o 3 de estos temas y anótalos en un cuaderno.  

Investigación 

Aquí empieza la aventura. Pueden hacerlo así, por ejemplo: 

  • Leer libros sencillos o cuentos de la Edad Media. 
  • Ver vídeos cortos en YouTube para niños (hay algunos geniales sobre castillos o la vida en el medievo). 
  • Buscar imágenes en internet o en enciclopedias. 

👉 Consejo importante: A los niños les encanta hacer un lapbook, donde dibujan, pegan imágenes y escriben lo que van descubriendo. 

Manos a la obra (parte práctica) 

El corazón del ABP es crear. Algunas ideas: 

  • Construir un castillo en cartón (no hace falta que sea perfecto, ¡que sea divertido!). 
  • Hacer un disfraz medieval con telas que tengas por casa o papel kraft. 
  • Cocinar juntos una receta sencilla de la época (una sopa medieval, pan casero, o preparar mantequilla agitando nata en un frasco). 
  • Crea un juego de mesa inspirado en un castillo: con casillas, peones y retos. 

Producto final: mostrar lo aprendido 

Para cerrar el proyecto, es importante que tu hijo “enseñe” lo que ha descubierto. Esto refuerza su aprendizaje y le da confianza.  
Algunas ideas: 

  • Prepare una “visita guiada” a su castillo y explique cada parte. 
  • Hacer una mini obra de teatro medieval para la familia. 
  • Crea un pequeño libro o álbum con dibujos y textos. 
  • Grabar un video explicando cómo sería un día en la vida de un niño medieval. 

Reflexión final (muy importante) 

Cuando terminen, siéntate con tu hijo y pregúntale: 

  • ¿Qué fue lo que más te gustó hacer? 
  • ¿Qué fue lo más difícil? 
  • ¿Qué aprendiste que no sabías? 
  • ¿Qué te gustaría investigar la próxima vez? 

Sin que se dé cuenta estará trabajando: 

  • Lectura comprensiva 
  • Redacción 
  • Creatividad 
  • Matemáticas aplicadas (al construir, medir, dividir) 
  • Organización del tiempo 
  • Autoestima al presentar algo hecho por él mismo 

 

Y si tienes hijos más mayores. quizá estén interesados en otro tipo de temas. Aquí va mi propuesta: 

¿Cómo puedo reducir mi huella de carbono? 

Este proyecto conecta con su vida, fomenta la responsabilidad, integra ciencias, matemáticas, tecnología, redacción y comunicación. Además, es perfecto para un adolescente que trabaja solo, porque puede organizarlo a su ritmo. 

La gran pregunta 

“¿Qué es mi huella de carbono y cómo puedo reducirla desde casa?” 

Esta pregunta lleva al estudiante a investigar, calcular, analizar y proponer soluciones concretas. 

Fases del proyecto 

Fase 1: Investigación 

  • ¿Qué es la huella de carbono? 
  • ¿Cómo se mide? 
  • ¿Qué factores personales la aumentan o la reducen? 
  • Buscar al menos 3 fuentes confiables: un vídeo, un artículo científico sencillo y una web con calculadora de huella de carbono. 

👉 Propuesta: Hacer una presentación sobre lo investigado que incluya citas de las fuentes. 

Fase 2: Cálculo personal 

  • Usar una calculadora online (como la de WWF o la Fundación Vida Sostenible). 
  • Anotar resultados: consumo energético, transporte, alimentación, compras. 
  • Reflexionar: ¿qué área impacta más? 

👉 Aquí integra matemáticas: comparar resultados, crear gráficos simples (puede usar Excel o Google Sheets). 

Fase 3: Propuesta de mejora 

  • Elegir 2 áreas donde pueda actuar (por ejemplo: consumo energético y compras). 
  • Investigar posibles cambios reales: 
  • ¿Cuánto impacto podrían reducir las duchas largas? 
  • ¿Qué pasa si dejo de comprar botellas de plástico? 
  • ¿Cómo cambiaría mi huella si usara más transporte público? 
  • Crear un plan semanal de cambios personales medibles. 

👉 Aquí está trabajando la planificación, la toma de decisiones y la responsabilidad. 

Fase 4: Producto final 

El estudiante puede elegir una o varias propuestas, por ejemplo: 

  • Redactar un informe formal (como si fuera un informe científico para presentar a una organización juvenil). 
  • Crea una infografía digital con Canva para redes sociales. 
  • Grabar un vídeo explicativo estilo “minidocumental” casero. 
  • Escribir un artículo de blog (si lo tiene, o para compartir en alguna comunidad online de homeschoolers). 

Fase 5: Autoevaluación y reflexión 

Proponle que responda por escrito (o en audio si le gusta grabarse): 

  • ¿Qué aprendí que no sabía? 
  • ¿Qué fue más difícil: investigar, calcular o proponer cambios? 
  • ¿Qué haría diferente la próxima vez? 
  • ¿Qué hábito puedo comprometerme a cambiar de verdad? 

Competencias que desarrolla sin notarlo: 

  • Investigación autónoma 
  • Análisis de datos 
  • Síntesis y comunicación 
  • Pensamiento crítico y ético 
  • Creatividad digital 
  • Redacción argumentativa o expositiva 
  • Autogestión 

Y si has llegado hasta aquí mi enhorabuena, ya estás preparada/o para tu primer proyecto. 

Sobre Josune Segovia Bueno

Madre homeschooler, experta en Educación Alternativa
Asesora pedagógica en Clonlara School, programa en español
Te acompaño a encontrar tu Ikigai, ya seas adolescente o adulto.

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