¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra salud por la inmediatez y la comodidad? La respuesta está en las decisiones que tomamos cada uno de nosotros consciente o inconscientemente.
BIENESTAR EN ESTA ERA DIGITAL
En un mundo donde la tecnología nos ha brindado innumerables comodidades, también nos enfrentamos a un desafío creciente: el deterioro del bienestar físico debido al sedentarismo, la mala alimentación y la falta de descanso adecuado. La facilidad con la que accedemos al entretenimiento digital, el auge del trabajo remoto y la dependencia de dispositivos electrónicos han reducido drásticamente nuestra actividad física y han modificado nuestros hábitos diarios, afectando directamente nuestra salud y calidad de vida.
LA NUTRICIÓN: El combustible que nuestro cuerpo necesita
La alimentación es el pilar fundamental del bienestar. Sin una nutrición equilibrada, el cuerpo carece de los nutrientes esenciales para su correcto funcionamiento. Sin embargo, la inmediatez de la vida moderna ha llevado a un consumo excesivo de alimentos ultra procesados, ricos en azúcares y grasas trans, pero pobres en vitaminas y minerales. Estos productos, además de generar problemas metabólicos como la obesidad y la diabetes, entre otras enfermedades afectan nuestra energía y rendimiento diario.
Nuestros organismos reclaman una vuelta a lo natural, frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos que brinden energía de calidad y nos fortalezcan. Pero no basta con conocer qué es saludable, sino que debemos tomar decisiones conscientes y responsables sobre nuestra alimentación, priorizando lo que realmente nutre sobre lo que solo nos satisface momentáneamente.
EL DESCANSO: El gran olvidado de la sociedad moderna.
En una sociedad que glorifica la productividad constante, el descanso ha pasado a un segundo plano. La exposición excesiva a pantallas antes de dormir, el uso de redes sociales hasta altas horas de la noche y la falta de una rutina de sueño estable han generado un déficit de descanso reparador. Estudios indican que el adulto promedio pasa más de 7 horas al día frente a pantallas, mientras que los adolescentes pueden superar las 9 horas diarias, reduciendo el tiempo para el ejercicio y el descanso.
Dormir entre 7 y 9 horas diarias se considera ahora como un lujo, pero es una necesidad vital. Durante el sueño, tanto el cuerpo como el cerebro se regeneran, la mente descansa, los músculos se recuperan y todo el organismo entra en un estado de armonía, lo que impacta directamente en nuestra concentración, estado de ánimo y capacidad física. Sin descanso adecuado, ni el cuerpo, ni la mente, ni nuestro estado de ánimo pueden desempeñarse óptimamente ni en el ejercicio ni en la vida cotidiana; según estudios de la OMS, aproximadamente el 45% de la población mundial sufre de trastornos del sueño o no duerme las horas recomendadas, afectando el rendimiento físico y cognitivo.
La Actividad Física: Un Antídoto contra la Vida Sedentaria
El sedentarismo es una de las mayores amenazas silenciosas de la actualidad. Pasamos horas sentados frente a pantallas, moviéndonos menos de lo que la naturaleza humana requiere. El resultado es un aumento alarmante de enfermedades cardiovasculares, musculoesqueléticas y metabólicas.
Incorporar ejercicio en la rutina diaria no solo fortalece el cuerpo, sino que mejora la salud mental y emocional. Desde caminatas diarias hasta entrenamientos más intensos, cualquier movimiento es un paso hacia una vida más saludable. La actividad física no es solo una cuestión de estética, sino de funcionalidad y longevidad.
El Impacto de la Tecnología en Nuestra Salud
Las redes sociales y el entretenimiento digital han transformado la manera en que interactuamos con el mundo. Si bien ofrecen ventajas como la conexión global y el acceso a la información, también han generado problemas como la adicción al contenido inmediato, la reducción de la atención, la actividad física y el deterioro de la salud mental.
El tiempo frente a pantallas ha desplazado actividades esenciales para el bienestar, de manera que pasamos menos tiempo al aire libre, reducimos nuestra interacción cara a cara y priorizamos la comodidad digital sobre el movimiento físico. Es necesario establecer límites y equilibrar el uso de la tecnología con hábitos que favorezcan la salud.
Un Llamado a la Acción
Con todo lo anterior surge la inalterable conclusión de que el bienestar no es un destino, sino el conjunto de decisiones diarias que tomamos. Para recuperar el equilibrio entre nutrición, descanso y actividad física en este entorno actual, es fundamental contrarrestar los efectos negativos de la vida moderna. Es momento de replantear nuestras prioridades y tomar el control de nuestra salud antes de que la comodidad tecnológica se convierta en un obstáculo irreversible para nuestro bienestar y longevidad.
“Sabiendo que tus hábitos actuales determinan tu calidad de vida en los próximos 20 años, ¿Seguirás tomando las mismas decisiones?
Sobre William Eduardo Mosquera Urrutia
Lic. En Educación Física Universidad Pedagógica Nacional
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