Como siempre para mí es un placer escribir para vuestra revista. Esta vez haré una breve reseña sobre la importancia de rescatar las costumbres y tradiciones que nos han heredado nuestros antepasados. Desde mi punto de vista como docente y como madre creo que es vital honrar el legado que nos dejaron nuestros ancestros, ya que gracias a ello es cómo forjaremos nuestra vida y nuestro futuro acordes con las raíces que plantaron. Tal vez ellos no tuvieron una tarea intencionada de lo que estaban haciendo, o tal vez sí, sea como fuese, el legado que nos dejan nuestros antepasados siempre será imborrable a la memoria de sus hijos.
Gran parte de lo que somos se lo debemos a nuestro linaje familiar, nuestro color de piel, nuestros ojos e incluso nuestros sentimientos los hemos heredado de generaciones anteriores. Y son estas variables y parámetros los que nos hacen ser diferente e identificarnos como ente individual, con características físicas y psicológicas que nos distinguen y nos convierten en seres únicos frente al mundo.
Ahora, si enfocamos esta herencia al área educativa podemos rescatar, por ejemplo, el amor por la tierra, los alimentos, las hierbas medicinales que de ella aprovechamos, los ritos y tradiciones que hacían para obtener diversos beneficios de la naturaleza, tales como implorar la lluvia, obtener una buena cosecha, tener buena pesca, entre otros.
A través de las tradiciones, valores y creencias de nuestros antepasados, podemos entender nuestra cultura y forma de ser, formamos nuestra identidad como personas individuales y también como grupos, lo que nos ayudará a crear nuestra propia realidad a través de ello. Así mismo, esa misma realidad, tan rica será la que propiciará nuestra forma de ver y vivir la vida, de valorar lo que tenemos a nuestro alrededor, de cuidar la naturaleza y el planeta, de conocer quiénes somos desde el origen.
Y si nos hacemos la pregunta, ¿qué tiene que ver todo esto con educación?.
Tiene mucho que ver, ya que las raíces de un niño o niña son las directrices que crearán sus metas para la vida futura, y sus padres, quienes lo han criado, basadas en las raíces, costumbres y tradiciones de sus antepasados. Entonces, ¿cómo no va a ser importante estar consciente y rescatar esas raíces que darán sentido a la educación y formación en valores de un menor que se prepara para la sociedad?
Por otro lado, es vital rescatar las tradiciones de un país arraigado a las costumbres específicas de un grupo, las de nuestra familia que llevamos proviene de las mismas costumbres de nuestro país y que hemos conmemorado y celebrado por generaciones y generaciones. Así es como en diversas corrientes de pedagogías alternativas es muy importante el aprendizaje significativo basados en proyectos contextualizados, rescatando costumbres, formas y tradiciones que celebraban nuestros antepasados. Esto lo podemos ver manifestado en celebraciones religiosas, en celebraciones de independencias nacionales, en los cambios estacionarios, etc.
Para finalizar, solo quiero rescatar la magia que lleva esto al ser contado y vivido con nuestros niños y niñas, noches de invierno en que nuestras abuelas se sentaban con su café o con su mate a contarnos mil historias de antepasados, mitos y leyendas de nuestros pueblos, mientras afuera un trueno nos interrumpía y exacerbaba esa sensación de miedo y terror que implícitamente ella nos inculcaba con su voz suave y misteriosa.
Espero, de todo corazón que esa magia no se pierda y sigamos contando esas mil historias a nuestros hijos y nietos, con una taza de café y una lluvia torrencial allá afuera.
Sobre Wilma Liliana Curriñir Fuenzalida
Educadora Diferencial Especialista Trastornos Específicos de Aprendizaje-Trastornos Específicos del Lenguaje Oral. Mg. Currículum y Evaluación Educativa. Universidad de La Serena. Chile
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