menos soñar y más sueño
¿Sueñas? ¿Qué sueñas? ¿Cuándo sueñas? ¿Cómo sueñas?
Todas estas son preguntas fundamentales en la época actual y se han convertido en parte vital del proyecto de vida de todas las personas.
Soñar es una palabra con muchas connotaciones. En el sentido figurativo significa: “fantasear, imaginar como verdaderas o reales cosas que no lo son” ó “desear mucho aquello que se expresa”. En la cultura popular subjetiva soñar se refiere a crear una “realidad” ideal e imaginaria en la cual se obtiene todo aquello que se desea para alcanzar la felicidad y la plenitud.
Hay muchos dichos que usan esta palabra: “sueña en grande”, “haz que tus sueños se hagan realidad”, “soñar no cuesta nada”, “soñar es de tontos” hasta el “ni lo sueñes” para aquello que parece imposible de lograr. Así que soñar implica o esforzarse mucho y luchar para triunfar en la vida o ser perezoso y hasta conformista o iluso. Depende de la perspectiva desde donde se mire: positiva o negativa.
Lo realmente crucial hoy, creo yo, es que en esta cultura postmodernista se viene utilizando esta palabra para: Primero impulsar a las personas a ir tras unos objetivos elevados o metas inalcanzables los cuales en general no todos están en capacidad de conseguir lo cual se vuelve contraproducente ya que el sentido de vacío por la incapacidad o impotencia generan zozobra y desasosiego que a largo plazo se convierten en ansiedad y/o depresión por no alcanzarlos. Segundo, toda esta motivación del sueño ideal de vida generado por la presión social implica la aparición de un endeudamiento general sin medida que está conduciendo al ser humano hacia la esclavitud laboral indefinida. Y tercero estimular una mentalidad cómoda a la cual muchas personas están accediendo gracias a la vinculación al mundo laboral competitivo en el cual terminan sacrificando su salud general, su bienestar y su tranquilidad en pos de una vida de apariencias en la que siempre se está midiendo y comparando con lo demás para poder “ubicarse” en ese sitial ideal que promueve la vida social actual en el planeta.
En esta carrera frenética por alcanzar dichos sueños o ideales el ser humano ha caído en la política del NO sueño. Se ha venido reduciendo cada vez más inconsciente, pero voluntariamente, la cantidad de sueño/descanso necesario y reparador para disfrutar al máximo el ideal que ofrece la vida social moderna; situación que ha venido generando una creciente ola de trastornos especialmente del sueño y desequilibrios de orden mental y emocional que vienen afectando el desarrollo normal de los individuos a gran escala y, en especial, porque se ha venido perdiendo la capacidad de mantenerse sano.
Pero, soñar, en la definición denotativa del término significa: “representarse en la imaginación escenas o sucesos durante el sueño” Entonces, soñar está íntimamente relacionado con el sueño y el sueño es una parte fundamental del dormir teniendo en cuenta que dormir es crucial en el proceso natural de la vida para poder tener una vida sana y feliz.
La calidad y duración del sueño en la vida de todo ser humano determina en gran medida su salud mental y emocional. Dormir no es sólo una etapa de descanso sin valor como muchos creen, muy por el contrario, es el tiempo que requiere y necesita no sólo el cuerpo físico sino la mente y las emociones -la parte psíquica- para repararse, regenerarse y revitalizarse diariamente. Dormir es un imperativo biológico del organismo para mantenerse sano, fuerte, activo y vital. La necesidad de descanso físico que implica acostarse y dormir es un mecanismo automático de supervivencia de los seres vivos. Los ciclos naturales del planeta nos incluyen también a nosotros y las diferentes etapas del sueño lo demuestran cuando en la oscuridad de la noche generando una química cerebral particular el sistema nervioso secreta la melatonina que, sólo sucede porque esa pasividad continua del organismo durante el dormir permite el funcionamiento de todos los mecanismos de mantenimiento interno del cuerpo para la regeneración celular, la renovación de la energía y la regulación de todos los procesos internos: cardiacos, respiratorios, circulatorios, digestivos, evacuatorios, de crecimiento y desarrollo, etc. Pero, más importante que esto y a un nivel más profundo, durante el sueño se registran, almacenan, jerarquizan los recuerdos y en los sueños se “limpian” las memorias y se “solucionan” las dificultades que recogemos en nuestra vida diaria que, a nivel psicológico necesitan ser “organizadas y reinterpretadas” para darnos la paz mental y la estabilidad emocional diaria que necesitamos para hacer frente a la incertidumbre y las vicisitudes que nos presenta la vida corriente de cada día. El sueño representa esa recarga vital diaria que nos permite todos los días estar activos, realizar nuestras actividades diarias, manejar el estrés, regular nuestras emociones y poder establecer y mantener relaciones interpersonales sanas y agradables.
Es urgente e importante que todos en general tomemos conciencia de lo relevante y vital que es para nuestro organismo el tiempo de descanso, de dormir y de soñar porque es ese período de reposo diario el que nos permite tener una vida sana y funcionar cada día de manera inteligente, eficiente y entusiasta en todas las actividades y los retos que la vida nos presenta a todos cada día.
Sobre Luz Angela Moreno Flórez
Docente en idiomas, gestora de comunidades de aprendizaje y asesora homeschool. Su pasión es la lectura y compartir su conocimiento y experiencia como madre homeschool con los demás.
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