Monday, December 8Revista digital ISSN 2744-8754

Repensar la innovación educativa en la era digital: el valor de la imaginación y la presencia

En una sociedad dominada por la tecnología y la inmediatez, la innovación educativa no puede reducirse a la incorporación de dispositivos o recursos digitales en el aula. Este artículo propone una mirada más profunda y humana sobre el concepto de innovación, entendida como la capacidad de repensar las formas de enseñar y aprender para responder a las verdaderas necesidades del niño. Asimismo, se reflexiona sobre el impacto de la sobreestimulación tecnológica en la infancia y la importancia de recuperar la palabra viva, la imaginación y la esencia como espacios genuinos del aprendizaje. 

Tecnología e innovación: ¿caminar de la mano o mirar más allá? 

En la actualidad, hablar de tecnología e innovación en educación parece casi inseparable, sin embargo, nada más lejos de la realidad. En una sociedad donde la tecnología se ha infiltrado en todos los ámbitos de la vida, innovar en educación no debería limitarse a introducir herramientas digitales o pantallas en el aula. 

La verdadera innovación implica repensar y transformar las formas de enseñar y aprender, con el propósito de responder mejor a las necesidades reales de los estudiantes y de la sociedad actual. 

Vivimos en un mundo en el que con un solo clic cualquier información está a nuestro alcance, paradójicamente la escuela sigue anclada en modelos de aprendizaje que priorizan la memorización por encima de la comprensión y la rapidez por encima de la profundidad, seguimos estudiando casi los mismos contenidos que hace generaciones, sin embargo, la sociedad no es la misma, aquí está la dicotomía entere la tecnología en las aulas y para que se usa realmente. 

Innovar es…… ¿sustituir pizarra de tiza por panel digital, libros por Tablet? 

Innovar no significa avanzar más deprisa, sino detenerse para reflexionar, reconectar con lo esencial del acto educativo: la relación, la emoción y el sentido. 

La tecnología usada con conciencia puede ser una gran alidada, pero nunca debería sustituir la experiencia viva del encuentro humano sobre todo en los primeros años de vida y en la adolescencia. 

La imaginación como espacio de innovación real 

Los niños crecen hoy rodeados de pantallas que los entretiene con imágenes vibrantes, sonidos intensos y escenas que cambian a gran velocidad. 

Todo ocurre fuera de ellos, sin espacio para la pausa y el silencio. Esta sobreestimulación visual puede dificultar que los niños desarrollen su capacidad de crear imágenes mentales propias, aquellas que nacen del interior y que son esenciales para el pensamiento simbólico, para la creatividad y la comprensión profunda, elementos esenciales de un posterior pensamiento crítico 

Frente a este fenómeno contar historias de viva voz se convierte en un acto profundamente innovador. 

 

Cuando el niño escucha un relato narrado con la voz, el gesto y la presencia del adulto, su imaginación se activa, las palabreas se convierten en colores, sonidos, emociones… 

Cada niño crea su propia versión interna del cuento y en ese proceso desarrolla atención, empatía y pensamiento independiente. 

Por ello, la verdadera innovación educativa no consiste en ofrecer más estímulos, sino en dar espacio al silencio, al ritmo, a la palabra. 

Innovar hoy es atreverse a ir despacio, a educar desde la presencia, la conexión y la experiencia sensorial. 

En una sociedad que avanza a toda prisa, la auténtica revolución educativa es volver al origen: acompañar a los niños en su desarrollo interior, enseñarles a imaginar, sentir y crear desde sí mismos. 

Conclusión 

La educación del siglo XXI se enfrenta el desafío de equilibrar la riqueza que aporta la tecnología con la necesidad de preservar lo humano. 

Innovar no significa acumular recursos, sino dar nuevo sentido al acto educativo 

Solo cuando el aprendizaje vuelva a estar guiado por la imaginación, la escucha y la presencia podremos hablar de una verdadera innovación: aquella que no busca sustituir lo esencial sino devolverle su lugar. 

Sobre Maria Pilar García Saavedra López de Lerma

Psicopedagoga y maestra. La educación ha sido para mí más que una profesión: un compromiso personal con las personas, sus ritmos y sus particulares necesidades. He acompañado a niños, familias y docentes en diferentes etapas y contextos durante 25 años.
Soy madre de dos hijos con neurodivergencias y acompañarlos me ha hecho mirar
la enseñanza tradicional con otros ojos. He comprendido en primera persona lo difícil que resulta encajar en sistemas educativos pensados para lo homogéneo, cuando la realidad es profundamente diversa.
Contacto
biscuter2025@gmail.com, Instagram y LinkedIn: @semilla.waldorf

Ver todas las entradas de Maria Pilar García Saavedra López de Lerma

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *