Educación con benevolencia y compasión

Falun Dafa es una práctica de auto cultivación de cuerpo mente guiada por los principios de “Verdad, Benevolencia y Tolerancia”. Los practicantes cuyas profesiones son profesores comparten sus experiencias en educar a los alumnos aplicando tales valores universales.

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Los profesores no solemos tener una clara comprensión sobre el valor de la vida, o bien una comprensión correcta de la educación. Gracias a mi práctica de cultivación en Falun Dafa, tengo una nueva oportunidad de restaurar mi comprensión sobre la vida. Estoy dispuesto a descubrir mis puntos débiles y a rectificarlos. Cuando quiero rectificar mi comprensión, estoy en mejores condiciones de ocuparme de los demás. No intento únicamente aplicar enfoques superficiales o estrategias para arreglar los problemas de los demás.

¡A veces, piensan que ni siquiera pueden solucionar sus propios problemas, sin hablar de ayudar a los alumnos a solucionar los suyos! A veces, sienten que se contradicen, ¿cómo pueden pedir a los niños controlar sus emociones y sus problemas si no pueden controlar los suyos? Durante mi práctica de cultivo personal, descubrí que al conocerme mejor a mí mismo y desear corregirme, el resultado de mi trabajo mejoraba.

Pienso que la educación de la vida se debe desarrollar todos los días, que se trata de ayudar siempre a los demás con fin de identificar el estado más puro de su vida y alcanzarlo. Desde que comencé a cultivar Falun Gong, quise a los niños desde lo más profundo de mi corazón. La educación no es solamente un trabajo más. ¡Esto significa ahora el amor y el estímulo! A menudo comparto lecciones, historias de la sociedad e historias sobre los alumnos y como complemento a mi educación de vida interactiva. ¡El mismo proceso es muy satisfactorio e inspirador! ¡Lo aprecio muchísimo!

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Después de cultivar Falun Dafa, aprendí a ser considerada con los demás y pude desprenderme de mis apegos a la fama, la ganancia y el sentimentalismo. Como muchos padres de los niños de mi clase estaban desempleados, no les sugerí que tomaran clases particulares. Utilizaba mi tiempo libre para dar clases a los niños después del colegio o los fines de semana. También devolvía cualquier regalo o dinero que recibía.

Los maestros evitaban enseñar a los alumnos problemáticos, y los niños “no deseados” solían ir a mi clase. Los profesores de otras clases sólo tenían que repasar brevemente los materiales de estudio, mientras que yo tenía que enseñar a mis alumnos desde cero y esforzarme el doble. El esfuerzo adicional que hice no siempre dio sus frutos. Debido a la falta de receptividad, los alumnos siempre sacaban notas muy bajas en los exámenes. Los resultados de los exámenes afectaban directamente mi salario y mi reputación.

En una reunión de padres, dije: “educaré bien a sus hijos y les proporcionaré un entorno sano para crecer. Les enseñaré a distinguir entre el bien y el mal y los nutriré con los valores de honestidad, amabilidad y tolerancia.”

Traté a cada estudiante con compasión. Sabía que los niños de hogares con inestabilidad económica y padres solteros necesitaban mis cuidados. Los niños venían a mi casa los domingos y mi padre (que antes era cocinero) les preparaba comida. Durante las vacaciones y los días de asueto, nos íbamos a las montañas y a los ríos, donde compartíamos risas todo el día.

Nos animábamos y ayudábamos mutuamente. Manteníamos un corazón sincero y tolerante y no nos apegábamos a las puntuaciones. Las notas y otros aspectos de la productividad de mi clase han mejorado notablemente en medio semestre. Falun Dafa nos ha cambiado a mí y a los alumnos para mejor.

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Solía preocuparme mucho por lo que los demás pensaban de mí. Me esforzaba mucho por establecer mi autoridad sobre mis alumnos. Esto se debía a que quería ser reconocido y considerado un buen profesor. Los alumnos me escuchaban porque me temían. 

Después de practicar Falun Dafa, supe que esto reflejaba mi apego a la fama. Como practicante, uno debe hacer las cosas bien sin tener en cuenta la ganancia personal, y no debe perseguir cosas. Me he vuelto más considerado con los niños con diferentes personalidades y he aprendido a entender por qué se comportan como lo hacen. Me he esforzado por ver el lado positivo de las cosas y ayudarles a ser mejores personas.

Un alumno extrovertido me interrumpe a menudo. Una vez, levanté la voz y le dije seriamente: “Debes callarte. ” Susurró al compañero:”¿Cuenta el sonido de mis latidos?”. Sentí que lo hacía a propósito para enfadarme. Contuve mi ira durante varios días. Empecé a mirar hacia dentro: ¿Por qué me enfadaba al oírle hablar? ¿Tenía nociones u opiniones sobre él? Estoy enfadado porque me hizo quedar mal delante de todos. ¿Estaba disgustado porque el alumno no aprendía bien, o solo me preocupaba por mí mismo? Vi el apego a mi ego y solo pensé en mí en lugar de pensar en los demás.

Una vez, después de clase, le pregunté: “¿Intentas llamar mi atención portándote mal?”. El alumno respondió: “¡Profesor, por fin se ha dado cuenta!”. Resultó que se estaba portando mal para llamar mi atención, mientras que yo siempre pensé que estaba siendo disruptivo.

Desde entonces, interactúo con él más a menudo y le presto más atención. Me enteré de que procedía de una familia monoparental y carecía de cuidados. Su comportamiento ha ido mejorando con el tiempo. Aunque sigue parloteando durante la clase, deja de hacerlo cuando se lo recuerdo.

Gracias a Falun Dafa, me he vuelto más benevolente y comprensivo. Aprendí a utilizar la benevolencia para educar a los niños; solo esto puede cambiar verdaderamente a un niño. Los cambios también fueron permanentes y sinceros. Los alumnos están dispuestos a escucharme no porque tengan miedo, sino porque saben desde lo más profundo que realmente me preocupo por ellos.

(Los ejemplos en este artículo se escogieron de Minghui.org)