“Los cantantes obsequiaban hace años a su público con recitales. Y las orquestas ofrecían conciertos. Ahora se ha producido una suplantación tal de modo que los cantantes más modernos han pasado a actuar en concierto, palabra que siempre se reservó para las ejecuciones instrumentales colectivas. Se habla así del “concierto de Joaquín Sabina”, a pesar de que en esa presentación musical predomine una voz solista.
Consideran que es más prestigioso un concierto que un recital, y han utilizado la seducción de esa palabra para dar más importancia a su trabajo. En efecto, la historia de
concierto (del latín concertare) nos remite a aquello que está concertado, lleno de acordes porque concertar es acordar; ordenado y ajustado…, la armonía forma parte de la esencia del propio vocablo. La historia de este término contribuye una vez más a reforzar su significado. Pero la trampa se ve, como tantas veces, al desarrollar la secuencia lógica de la palabra. Porque, por ejemplo, Joaquín Sabina no es un concertista (‘músico que toma parte en un concierto en calidad de solista’), aunque esté acompañado por un grupo de instrumentistas y sea él mismo un guitarrista.
“Las suplantaciones de este tipo se convierten a menudo en estafas, al alterarse expresiones más intencionadas y menos inocentes; y así ‘la dictadura’ deja paso a ‘el régimen anterior’, y ‘el dictador’ da sitio a ‘el anterior jefe de Estado’. La técnica de la
sustitución (a menudo mediante tecnicismos) se reitera en otros ejemplos: ‘demorado’ en
lugar de ‘retrasado’ (para atenuar con la palabra menos usual la responsabilidad de quienes dirigen el tráfico aéreo), ‘hospital psiquiátrico’ en vez de ‘manicomio’ (porque así parece más higiénico), ‘proceso irreversible’ por ‘mal incurable’, o ‘enfermo terminal’ por ‘moribundo’ (en ambos casos se presenta el sucedáneo más técnico y menos trágico), ‘interrupción del embarazo’ por ‘aborto’ (así alcanza visos de legalidad y legitimidad), ‘anorgasmia’ por ‘frigidez’ (de este modo, el problema parece más físico que psicológico), ‘tratamiento de residuos’ por ‘recogida de basuras’ (se busca que huela mejor), ‘percibir el subsidio de desempleo’ por ‘cobrar el paro’ (se agradece más al Estado), ‘tercera edad’ en lugar de ‘vejez’ o ‘senectud’…Y ‘Ministerio de Defensa’ en vez de ‘Ministerio de la Guerra’ como se llamó décadas atrás”.
Tomado de (Grijelmo, Álex. La seducción de las palabras. Un recorrido por las manipulaciones del pensamiento. Madrid: Suma de
Letras, S.L., 2002, pp. 214-216.)
Sobre Luis Fernando García Núñez
Periodista de la Universidad INPAHU, editor y docente colombiano. Ha ejercido su profesión como profesor durante más de 30 años en universidades como la Universidad Nacional, Universidad de los Andes, Universidad del Rosario, Universidad Javeriana, Universidad Externado de Colombia y en el Instituto Caro y Cuervo. Es autor de Guía para la elaboración de documentos escritos, Escribir es pensar y coautor de los libros Competencias comunicativas: escenarios de la comunicación y TV Cultura. También es colaborador de Le Monde Diplomatique, la revista Libros & Letras, el Periódico de Chía y editor de Leyendo a Silva y de Repertorio crítico sobre Gabriel García Márquez.
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